NO ES LO MISMO CREER QUE CONFIAR.
Creer es el punto de partida. Confianza es el resultado de mantenerse creyendo cuando todo contradice el creer.
Jesús menciona alguna de las formas del concepto “Permanecer” unas 11 veces en 10 versos del 15 de Juan. El énfasis en ese principio es una señal de alerta sobre la presión que el creer tendrá en su jornada de Fe.
Israel participó de los milagros más espectaculares que nación alguna pudo vivir. Dios era real y lo vieron. Pero ninguno de esos milagros produjeron un estado de confianza que desarraigara para siempre su incredulidad colectiva.
El mundo se pondrá peor antes de ponerse mejor. Las tinieblas avanzarán como un caudaloso río, pero el reino de Dios y su justicia levantarán una inconmovible pared contra eso.
Todo parece fuera de control. Es difícil para la teología marcar la exacta frontera donde la soberanía de Dios pone un límite al libre albedrío del ser humano, pero me tomaré licencia para opinar desde mi teología de barrio.
Es algo así como un gigantesco crucero. Dentro de él, miles de personas se repartirán las posibilidades que el crucero provee. Unos elegirán sus elegantes “suites”. Algunos elegirán los Piscinas y otros los bares de bebidas.
Otros disfrutarán los espectáculos de teatro o las películas en gigantes pantallas. La mayoría disfrutará de la diversidad de opciones en la comida más de lo que debieran. Otros estarán en las discotecas o comedias y karaokes.
Pero mientras todos los pasajeros y la tripulación pasa el tiempo entre diversión y deberes, el Capitán del barco llevará la gigantesca nave al puerto escogido. En mi teología ocurre lo mismo.
NO IMPORTA LO QUE LA HUMANIDAD HAGA DENTRO DE ESE NAVÍO LLAMADO “LA TIERRA”...DIOS GUIARÁ EL CRUCERO...AL PUERTO DE SU ELECCIÓN.
Rubén Arroyo...Bailando Salsa...Por Supuesto.
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