MI LÍMITE Y EL SUYO
El límite que le pongo a Dios es el límite que pongo a lo que puedo alcanzar.
Mi talento puede llevarme hasta donde su potencial alcanza. Pero el poder ilimitado de Dios sólo conoce la frontera que yo le ponga.
Dios demandará de mí, cosas que corresponden a su poder y su fuerza. Porque las que están al alcance de mi talento, mi talento las alcanza.
Pero las regiones de lo imposible son la agenda de mi llamado. Y sólo con el Dios de lo imposible estarán al alcance de mi mano
Ruben Arroyo…Y de la tuya también
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